sábado, 20 de abril de 2013

au revoir!

Quisiste calar hondo en mi podredumbre y de alguna forma te invité a que lo hagas porque entendí que tu miseria era muy parecida a la mia. De repente desapareciste, no supe mucho más de vos. De todas formas me las arreglé para saber que por lo menos en este preciso momento sos feliz. Entonces descubrí que ahora no somos lo mismo. Hoy, el antiguo todo que solíamos ser es la mismísima nada. Sería realista si aseverara que aunque te aparezcas mágicamente, no tengo muchas ganas de compartir más nada con vos. Me sequé las lágrimas sola, busqué la fuerza y seguí caminando con mi sombra. Eso no estuvo bueno. De hecho me lastimó porque sabías que mis heridas aún estaban supurando dolor. Por eso y por tantas otras razones, nuestro pasado se convirtió en un simple espejismo. Reflexionando comprendí que siempre fuimos dos personas muy distintas y tal vez yo sea la peor o la más boluda. Muy probablemente la segunda opción es la correcta…

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