Una charla más… un abrazo quizás. Un beso inmortal. Algo que se congele en el tiempo, que vaya más allá del recuerdo. Ya tengo demasiados de esos. Nuevas experiencias, tanto para contarte, tanto para que me aconsejes y me calmes. Como sólo vos podías lograrlo. Burlonamente tan cerca de mis sueños y tan lejos de vos. Parece mentira, la pesadilla se materializó y se plasmó con la realidad del modo más perverso. Justamente sos vos la indicada para secarme estas lágrimas. Sigo con mi herida bien abierta y mis dudas del desenlace. Extrañándote para variar un poco.
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