Pegada a la ventana con las bombas y fuegos artificiales de fondo, pegada a la esperanza absurda de que tal vez en un segundo nos conectemos. Desperdicié muchas horas y ahora, en vano, arreglada de pies a cabeza espero lo imposible. La cara toda pintarrajeada, para que al fin las lágrimas desbaraten mi obra de arte.
Ni calor, ni frío. Con unas migajitas de satisfacción, me hice un festín una semana entera. Cuando reconocí que algunos tantos estaban sólo para el jolgorio y otros tantos para hacerla más cuesta arriba. Y peor aún son ellos quienes se declaran pobres victimas.
Decreto, finalmente, un buen final para los míos y para mi corazón. Que mis argumentos sacudan el tablero y llenen el mierdero de puras verdades. Por favor que ya no se generen incendios y si lo hacen… no me pisen la manguera. Ni llantos, ni miedos, pura dicha.
Pedacito de cielo que triplicaste mi fortaleza y aligeraste mis pasos. Le diste claridad a mi cabeza y la balanza es positiva. Solita pero con la espalda ensanchada, me diste el ánimo necesario. Tengo el manual memorizado y la simbiosis sigue intacta. Palabras imborrables, aunque el tono de tu voz se haga día a día más tembloroso y lejano.
Te amo mona. Feliz año
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