Te miro de refilón porque mi vergüenza se hará visible rápidamente en el enrojecimiento de mi cara. Así y todo… seguís inmerso en tu mundo, no registras siquiera el tímido color que se va asomando en mis mejillas. Es tan frustrante, sólo consigo la atención de aquel que quisiera evitar. Intento pensar algo ingenioso para decir y lograr que al fin tu curiosidad disminuya la distancia entre nosotros ¿Nada? No lo puedo creer, me siento encerrada en una escena tragicómica donde todo sale al revés. Ya es muy difícil distinguir cuándo es preciso reír y cuándo necesitas sentir pena por el personaje. Bueno me resigno y trato de no implicar mis fantasías recargadas de un dulzor detestable. A veces me pregunto si las ilusiones romanticonas son solamente un patrimonio de las mujeres. Ojalá que en la cabeza de él se proyecten las mismas imágenes y que suene la misma banda de sonido que está explotando en mi cabeza.
A esta altura, creo que quiero cualquier cosa con tal de poder restringir esa sensación extrañísima que se aproxima a mi cuerpo.
miércoles, 20 de febrero de 2013
miércoles, 13 de febrero de 2013
mi centro
Suenan esos primeros acordes y de repente ya estoy sumergida en ese lugar de paz. Siento finalmente algo más que la rabia diaria. Mi stress se detiene por los segundos que dura la canción. Se me dibuja una sonrisa melancólica que me trae recuerdos que permiten reducir inmediatamente el nudo que se arma en mi garganta. Tu cara y tus grandes ojos oscuros se plasman en mi mente como un holograma con grandes destellos. ¿Experimentaré alguna vez ese tipo de amor tan grande, tan… incondicional? Lo espero con una ansiedad molesta pero sólo pido que mi inconsciente no interfiera ¡Mente ya no me boicotees!
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