Cuando eras chica seguramente ideabas como podría llegar a ser tu vida. A la vez tus papás te leían un cuento, veías alguna que otra película, jugabas a representar la vida misma. Era todo una gran personificación del ideal, que se sembró en algún lugar de tu ser y quieras o no te rige el pensamiento en mayor o menor medida acompañándote inconscientemente.
No es necesario que te duermas para irte volando y empezar a diseñar o rediseñar una fantasía que por momentos se vuelve real. Asumo que llegas a un trance tal que los dos hemisferios de tu atosigado cerebrito se ensamblan. Lo racional y aquello ficticio que se crea cada vez menos objetivamente armónico, se entrelazan volviéndose uno por tiempo indeterminado. Los lapsos pueden ser cortos o largos, los determina tu psiquis a su conveniencia y/o necesidad momentánea. Aparece cuando menos te lo esperas.
Abandonas a tu voluntad la noción del tiempo y convertís tu vida en un realismo mágico en el que nada recae en la imperfección, todo es incondicional.
Lo triste es que, las oportunidades y las posibilidades las podrías llegar a saborear. Todo está tan cerca pero aún lejano, porque continúas recluyéndote en ese mundo paralelo que sólo vos podes entender con claridad y sin que te miren de manera ridícula o incluso prejuzgándote con acusaciones que bordan con el cliché del día.
domingo, 22 de febrero de 2009
martes, 3 de febrero de 2009
mierdo
Soy totalmente conciente del efecto que produce ese miedo, pero desconozco los factores que me inducen a recaer en él. Es como una nube espesa que condensa todo aquello que reconozco como maligno y me imposibilita sentir lo que estimo será maravilloso. Es tan estúpido que no pueda permitírmelo, que no pueda disfrutarlo o siquiera equivocarme en el intento.
Cercano y lejano a la vez, no se dónde empezó y ni siquiera se cuando terminará. Siento puntadas en el abdomen como señales, como si mi cuerpo quisiese manifestarse de alguna forma. La carne está haciendo un llamado, es inútil, simplemente no tiene sentido que espere una réplica.
Cercano y lejano a la vez, no se dónde empezó y ni siquiera se cuando terminará. Siento puntadas en el abdomen como señales, como si mi cuerpo quisiese manifestarse de alguna forma. La carne está haciendo un llamado, es inútil, simplemente no tiene sentido que espere una réplica.
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